viernes, 2 de noviembre de 2007



Se hacen eco de las distancias,
profanadas tumbas a mis espaldas,
huellas vacías de inconmensurables soledades,
de nostalgias inmunes,
y miedos dispersos.


Avances sin entrega de tus días y mis señas,
de la indudable ingratitud,
en busca de un eco que me suene a tu voz.

Pensamientos, herramientas de mis antojadizos supuestos,
siempre predispuestos a mis absurdos pasatiempos.

Mentiras de verdades que quedaron a medias,
de párrafos borrados,
en carcajadas de siluetas.

Hundiendo en la tierra,
el sabor de tus labios,
negando hasta el cansancio,
el estupor de mi mente,
sabiendo en las entrañas y profundos laberintos del alma,
que no es como lo soñaba.

Se hacen eco de las distancias,
esas tumbas abandonadas,
de los días no felices,
en que yo misma me engañaba,
en tortuosa búsqueda de una verdad que se me escapa,
del sin sabor de unos labios que dicen se aman.