domingo, 10 de agosto de 2008

Tu amor. La forma exacta de aceptar lo que soy.



Hay cierta temperanza en su sabiduría,

Una mezcla de mi calma y un baño de alegría,

Por conocerlo y extrañarlo, diera mil veces mi vida el rumbo,

Que había llevado.

Renueva mis suspiros,

Me saca de aquel pozo, y envuelta en su mirada,

Vuelo lejos… más allá de las distancias.

Si es su compañía, el justo ingrediente faltante en mis agonías,

Ha de ser su presencia alta montaña que me protege,

Cual bosque de selva incauta y virginal.

Yo siento que… me llena, quizás por que una parte estaba vacía,

Y se enciende la candidez de un arrebato, que se hace fuerte y se hace manso.

Solo en tus brazos!

Solo en tu piel!

Porque no encuentro en el vasto universo….

Una ecuación que me explique a él.

Quizás no exista,

Quizás no este,

Hoy me basta con tus brazos sobre mi piel,

Con el arrullo que cubre mis demonios personales…

Con el valor de héroe con que afrontaste mis barreras rivales.

Me sabe a sabiduría, y a tranquilidad…

Eso de poder ser lo que inevitablemente soy…

En la completa entrega y acogida que le das a mi amor.