La pantalla espera
paciente, que la inspiración venga a mí. Y te comienzo a hablar despacio… las
palabras dicen tanto de mí, pero cómo enseñarte el lenguaje que vivo.
Comienza a mirarme
lento… para comprender de nuevo… para arrojarte al viento, si quieres te dejo
momentos para pensarte de donde proviene mi fuego y su hielo.
Porque sigo aquí y nos
temo al mismo tiempo.