miércoles, 30 de junio de 2010


¿Y es que acaso vale más, esa tan fina y fingida estabilidad?

¿y es que acaso vale más que mi sincera y espontanea inestabilidad?

¿Acaso vale más tu serena y conservadora platica usual,
que mis locuras y cándidas palabras a la mar?

No... no valen más... pero logran que el mundo vea en ti... una meta a lograr..
y en mí una balanza siempre desigual.

Sin embargo jamás has de olvidar,
que ni todas tus elocuentes formas de estar,
pudieron lograr.... que sus ojos se fijasen en ti.... como sí lo hicieron en mí.

Me odias por una batalla sin sentido,
que crees perdida....
Recelas de mi presencia, por una estúpida envidia...
de creer que tengo lo que no tienes, y que claramente te mereces.

Mi querida..... si simplemente hubieses comprendido....
que el corazón no tiene artículos ni sentidos... y que para amar ¡como se debe amar!
la razón se ha de abandonar... ni todos los días, ni todas las horas.... pero si en las precisas....
que se condensan en una vida.




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