miércoles, 25 de agosto de 2010

Quizás al final del día, encentraría las palabras para indicar lo que les faltaba.
lo habían tenido todo y es tan grande el abismo,
que al mirar hacia atrás
o algo se extraña o no se puede recordar...
y ambos sucesos en el presente los hacen llorar.
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No es el encuentro
lo que deja de faltar,
ni la intensión, ni el "algo más",
es que a veces simplemente,
a ti... no se te quiere.
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Hiciste de mi vida,
un laberinto,
en el cual seguir tus pasos,
con murallas, con entrada y con salida,
más no aventuraste que el perdido se encontraría,
que voltearía tu estrategia...
y que un día no sabrías ya diferenciar,
cual era el camino que iba y el que venía.
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A la sazón de los que luchan ... y saben de perder...
han de ser también los que más saber saborear la victoria de un día,
en que no fue necesario pelarse con la vida.

1 comentario:

Eduardo Mieres dijo...

Que buen final, quizás el más sorprendido o sorprendida es quien se encuentra y descubre el camino de la redención, en el momento más inesperado pero más necesario, como quien buscando un objetivo definido tropieza con un tesoro y entiende que la búsqueda ha terminado...al menos por el momento.
Saludos